-Si quieres aquieta tú el tuyo, a mi me gusta conectar con el mío y con como sea que se siente-

Si cierro los ojos, 

puedo sentirte cerca, 

puedo recordar como es voltearme en la cama, y tenerte ahí respirandome cerquita. 

Si cierro los ojos, vuelvo a estar en tus brazos sumergidos en un turquesa profundo planeando a quedarnos en una isla para simplemente ser. 

Puedo escuchar reírnos bajo la ducha 

y a las 3 de la mañana entre sueños y caricias. 

Me atreví a confesarte que te quiero bajo la influencia de un eclipse, a veintiocho pisos de altura y con el efecto del ron en mi cabeza porque nunca estuve más segura de algo. 

Y aunque me muero de miedo, ha sido de las cosas mas valientes que he hecho en mucho tiempo: ir así contigo, sin pensar en las consecuencias, disfrutando-te- y preguntándome como sería tenerte siempre. 

¿que será de nosotros? 

¿vale la pena 

pensar en eso? 

En la conexión que tenemos, 

en lo que queremos 

en cómo nos queremos. 

Por primera vez, voy contigo y no por ti. 

Con tus decisiones, y a tu ritmo -nada propio de mi-

porque el control lo tienes tú -hasta que ya no lo sea- 

Y con ganas de que siempre lo tengas, porque no sabría que hacer yo con el si tu no me acompañas. 

Y aquí estamos, 

contando los días, los meses, los vuelos y cruzando fronteras. 

Porque me preguntaste: ¿es así como va a ser?

y me callé el: no, quiero estar contigo siempre.